The Wicker Man (1973): NADA BAJO LAS MÁSCARAS
The Wicker Man (1973), de Robert Hardy , es una película alucinante que despierta una emoción siniestra en el espectador. Se trata de una sensación repulsiva, de adentro hacia afuera, que solo había experimentado una vez en mi vida: al leer, años atrás, Alicia en el País de las Maravillas (1865) . Tanto la Alicia de Lewis Carroll como The Wicker Man son producciones estéticas que nos incomodan porque proponen un desplazamiento de nuestra identidad hacia coordenadas morales extrañas y, por ello, desagradables. Para resumirlo en un término contemporáneo, nos enfrentan a la otredad . “otredad”, esa odiosa categoría Una palabra que ha sido repetida hasta el hartazgo en la academia, pero pocas veces realmente dicha. La cultura occidental, en su remordimiento contemporáneo, se apropia de las categorías que antaño persiguió. Los grandes centros conceptuales fingen deshacerse en pequeñas partículas epistemológicas que revolotean en torno a las víctimas de la razón universal: el...